El cuerpo grita... lo que la boca calla.





"La enfermedad es un conflicto entre la personalidad y el alma".

Dr. Edward Bach





Muchas veces...

El resfrío "chorrea" cuando el cuerpo no llora.

El dolor de garganta "tapona" cuando no es posible comunicar las aflicciones.

El estómago arde cuando las rabias no consiguen salir.

La diabetes invade cuando la soledad duele.

El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.

El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.

El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar.

La alergia aparece cuando el perfeccionismo está intolerable.

Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas.

El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza.

La presión sube cuando el miedo aprisiona.

Las neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza.

La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.

Las rodillas duelen cuando tu orgullo no se doblega.

El cáncer mata cuando no perdonas y/o te cansas de "vivir".

¿Y tus dolores callados? ¿Cómo hablan en tu cuerpo?

La enfermedad no es mala de por sí, solo es un recordatorio que hay algo que no está funcionando bien en tu vida y que no estás ocupándote de ello al momento.

Las pautas mentales causantes de la mayoría de los malestares del cuerpo son la crítica, la rabia, el resentimiento y la culpa.

Por ejemplo, la crítica: si uno se entrega a ella durante un tiempo suficiente, suele conducir a enfermedades como la artritis. La rabia se transforma en cosas que hacen hervir, queman e infectan el cuerpo. El resentimiento que se alberga durante mucho tiempo se encona y corroe el yo conduciendo finalmente a la formación de tumores y cánceres. La culpa siempre busca castigo y conduce al dolor.

Es mucho más fácil liberar estas pautas de pensamiento negativo cuando estamos sanos que tratar de erradicarlas bajo la influencia del miedo y ante la amenaza del bisturí.

¿Qué tal si comenzamos a indagar en nuestro interior? ¿Qué pasaría si digo lo largamente callado, si perdono y me perdono, si pateo con fuerza un almohadón liberando la rabia contenida, si dejo de sentir una y otra vez un viejo agravio... dejo de re-sentir? Esos sentimientos solo nos perjudican a nosotros mismos...

Ánimo, se puede... tu, yo, todos podemos !

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