Terapia Floral para el Síndrome de Burnout

El síndrome de burnout es un conjunto de signos y síntomas que, independientemente de la definición particular que los diferentes estudiosos en la materia nos hayan facilitado, llega a "quemar" o agotar totalmente a la persona que lo sufre. Es un agotamiento y una frustración que abruma a la persona, y se traduce en una importante reducción de productividad laboral, apatía y pérdida de ilusión en cuanto al desarrollo profesional. En casos más agudos, el burnout puede derivar en una depresión profunda.

El primer estudio sobre este síndrome data de 1974 (1), describiendo como algunos trabajadores desarrollaban un proceso de deterioro en la atención profesional y en sus prestaciones sanitarias y educativas. Posteriormente, en 1976 (2), se continúa indagando en la materia, pero se sigue asociando el burnout a empleos con dependencia emocional. Y recién en 1988 (3) se extiende la definición a cualquier situación laboral con independencia de la responsabilidad y el trato humano.

El estrés laboral es una base óptima para el desarrollo del burnout, al cual se llega por medio de un proceso de acomodación psicológica entre el trabajador estresado y el trabajo estresante.

Fringed Violet
El burnout es más que el cansancio habitual que puede ser reparado con unos días de descanso, y envuelve una serie de padecimientos a nivel psicológico, físico y social, lo que le da su connotación de síndrome. La frustración emergente afecta a la calidad de vida y puede derivar en otros problemas emocionales, incluso manifestarse físicamente.

La persona va viendo afectada poco a poco su salud, debido a la exposición a unas determinadas condiciones de trabajo que no le resultan controlables, a pesar de poner en juego todos sus recursos personales. Se produce un deterioro general: cognitivo, emocional, conductual y físico.

Físicos: malestar general, cefaleas, migrañas, fatiga, problemas de sueño, úlceras u otros desórdenes gastrointestinales, impotencia, hipertensión, problemas de sueño, cardiopatías y deterioro cardiovascular, pérdida o ganancia de peso, asma, alergias, dolores musculares, fatiga crónica, cansancio hasta el agotamiento, incluso daño a nivel cerebral, problemas con el ciclo menstrual.

Emocionales: distanciamiento afectivo como forma de auto protección, aburrimiento, baja tolerancia a la frustración, incapacidad para concentrarse, desorientación, susceptibilidad, frustración, recelos, irritabilidad, impaciencia, ansiedad, vivencias de baja realización personal, baja autoestima, sentimientos depresivos, de soledad, de culpabilidad y de impotencia. Predomina el agotamiento emocional, lo que lleva a deseos de abandonar el trabajo e incluso a ideas suicidas.


Conductuales: genera deterioro en las relaciones interpersonales, conducta despersonalizada en el área laboral, absentismo, abuso de drogas legales (fármacos, café, alcohol, etc.) e ilegales, conductas evitativas y evasivas, cambios bruscos de humor, incapacidad para vivir de forma relajada, incapacidad de concentracion, superficialidad en el contacto con las personas, aumento de conductas agresivas, hiperactividad, cinismo e ironía en el área laboral, agresividad, aislamiento, negación, irritabilidad, impulsividad, atención selectiva, apatía, suspicacia, hostilidad, aumento de la conducta violenta y comportamiento temerario (conducción suicida, malas compañías, etc.).

Estos síntomas tienen unas consecuencias negativas hacia la vida en general,  no sólo en el área laboral, disminuyendo la calidad de vida personal y aumentando los problemas familiares y en toda la red social extra laboral, debido a que las interacciones se hacen tensas, la comunicación termina siendo deficiente y se tiende al aislamiento.

Cada vez se hace más amplia la franja de trabajadores que sufren burnout, desde ejecutivos a policías, de profesionales de la salud a empleados gubernamentales, de profesores y maestros a bomberos.

 
Waratah
Hasta ahora no se conoce un tratamiento específico para el síndrome de burnout, ni tampoco una estrategia de prevención de la enfermedad, lo que se utiliza son terapias para reestablecer la salud psicológica y recuperar el rendimiento laboral, basado en el control del estrés y el autocontrol.

Sin obviar otras disciplinas para el tratamiento del burnout, desde la terapia floral podemos acompañar con muy buenos resultados. No podemos "generalizar" una fórmula, ya que es fundamental la singularidad de cada persona, pero sí algunas esencias base con las que trabajar (sumando en cada caso las personales), que ayudan en los síntomas ya citados.

Otra cosa a tener en cuenta es el estado del consultante al momento de acudir a terapia floral: ¿el burnout es reciente? ¿está en su peor fase? ¿está remitiendo? Todo ello nos ayudará a ajustar mejor las esencias a utilizar, y dirigirá en parte el trabajo, ya que no es lo mismo que la persona concurra en pleno estado de crisis, a que concurra cuando ya lleva tiempo con el síndrome y ha aprendido a 'sobrellevarlo' de algún modo, incluso con prescripción médica (somníferos, antidepresivos, tranquilizantes, etc.).

En el primer caso, y siguiendo en trabajo de Bárbara Espeche, me parece oportuno dividir el trabajo en etapas y ocuparnos primero de la emergencia de la situación. Para ese estado podríamos elegir de entre las siguientes esencias, a criterio del terapeuta:

Waratah, Sturt Desert Pea, Macrocarpa, Old Man Banksia, Fringed Violet, Nasturtium, Chaparral, Mugwort, Scotch Broom, Dogwood, Aloe Vera, Rescue Remedy, Star of Bethlehem, Oak, Olive, Cherry Plum, Vervain.
 
Crowea
En una segunda etapa, o para los consultantes que ya han 'pasado' por la crisis, podemos utilizar las siguientes esencias: Crowea, Alpine Mint Bush, Sturt Desert Rose, Banksia, Buttercup, Chamomile, Sweet Pea, Dandelion, Self Heal, Iris, Fireweed, Hornbeam, Larch, Agrimony, Gorse, Elm.

Y finalmente, en una tercera etapa, viendo la evolución del consultante y lo que ha podido superar, es momento de personalizar aún más las esencias a dar, entre las que se podría agregar: Epilobio, Dill, Silver Princess, Turkey Bush, Wild Rose y/o Wild Oat.

Este artículo no reemplaza atención médica alguna, ni sugiere fórmulas florales, es sólo a modo informativo.


Copyright © 2014 - Pilar Nieto Gigirey – Terapeuta Floral
Reservados todos los derechos.
Prohibida su reproducción y/o su publicación sin mi expreso consentimiento por escrito.

Referencias:
(1) Freudenberger, Herbert (1974). Staff burnout en Journal of Social Issues Nº 30.
(2) Maslach, Cristina (1976). 'Pérdida de responsabilidad profesional'.
(3) Fidalgo Vega, Manuel (2008). Síndrome de estar quemado por el trabajo o "burnout".

Bibliografía adicional:
- Maslach, Cristina (1981). Measurement of experience burnout. Journal of Organizational Behavior.
- Pines, A. y Aronson, E. (1981). Burn out: from tedium to personal growth. Nueva York: Free Press
- Freudenberger, Herbert (1980) Burnout: The high cost of high achivement. Doubleday, Garden City, New York.
- Pedroza, Eloida; Pérez, Lucía y Rodríguez, Dayamic. Terapia Floral en las Alteraciones Anímicas que explican la Respuesta de Ansiedad.
- Cherniss, Cary (1980). Proffesional burnout in human service organizations. Praeger, New York.
- De las cuevas, C. El desgaste profesional en atención primaria: presencia y distribución del síndrome de burnout. Facultad de Medicina de la Universidad de Laguna. Islas Canarias.
- Schnake, Adriana (1995). Los diálogos del cuerpo, el enfoque holístico de la enfermedad. Cuatro Vientos, Chile.
- Espinar, J. (1999). Trastornos del sueño. Ed. Ministerio de Asuntos Sociales, Madrid.
- Espeche, Bárbara y Greco, Eduardo (1993). Esencias florales australianas. Sistema unicista Bush. Ediciones Continente, Buenos Aires.
- Goleman, Daniel (1996). Inteligencia emocional. Ed. Kairós, Barcelona.
- Rodríguez, Boris y Orozco, Ricardo (2005). Inteligencia emocional y flores de Bach. Índigo, Barcelona.

  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • RSS

1 comentarios:

Unknown dijo...

Excelente, muchas gracias por la explicación.
Manu

Publicar un comentario